La falta de información es una de las razones más poderosas para que la gente se atemorice. “Es cierto que hay hechos lamentables que infunden miedo, pero como adultos, los padres deben tener cuidado con el manejo del temor”, explica la psicóloga clínica Olga María Renville, con una especialidad en Filosofía Mental.
La experta trata el tema a propósito de los casos de jóvenes desaparecidos que se han dado en República Dominicana, y que han puesto a muchos padres a pensar sobre la posibilidad de que cualquiera puede ser la próxima víctima. Esto ha llevado a algunos a querer tener entre sus cuatro paredes a sus hijos. “Eso no está mal, desde el punto de vista de la protección. Sin embargo, hay que tener claro que lo primero que debemos hacer es proporcionarles orientación, mantenernos vigilantes de con quién se juntan, qué hacen… Eso sí, sin que se sientan acosados, si no cuidados”, alerta.
Sostiene que ese miedo que paraliza surge de la falta de control y de conocimiento ante una situación que puede atentar contra la vida. Existe un miedo de defensa, ese que en un momento determinado resulta funcional y que provoca la producción de adrenalina para alertar al cuerpo de que se encuentra en una situación de peligro, de la que debe defenderse o escapar.